Demasiados impuestos en Francia?
La mala utilización de los instrumentos fiscales en Francia
Los impuestos en Francia son el cemento del pacto republicano. Su consentimiento es el producto de un largo y tortuoso proceso. Su establecimiento progresivo ha permitido lograr grandes cosas y permitirá conseguir- de eso estemos seguros- aún muchas otras… Los impuestos son un instrumento democrático que conviene manipular sabiamente…
La comparación de los impuestos franceses por respecto a otros países del mundo no revelan nada extraño… Francia no tiene una tasa de imposición más elevada por que se ha de tener en cuenta los servicios que el estado proporciona en respuesta. Por consiguiente, lo que se cuestiona a día de hoy en Francia es el rendimiento del impuesto (cote/beneficio). Las protestas se deben a una importante diferencia entre los esfuerzos y los beneficios obtenidos… Esa diferencia es producto de una decisión. Los recientes aumentos de impuestos no tienen por objetivo la mejora de algún servicio, pero más bien reducir nuestro déficit público. Pero, alguna vez se ha visto un Estado capaz de reducir su déficit realmente con aumentos similares? No, nunca…
Una imposición inadaptada: fatal para la economía
Los impuestos son un instrumento formidable cuya utilización puede conducir a lo mejor como a lo peor…
La clase media es uno de los generadores principales de crecimiento. Aplastarla bajo los impuestos implica asfixiar el consumo, pese a que este es un motor de crecimiento… Esta es por lo tanto una elección peligrosa. Es imposible saber si la pesada imposición de tasas para las grandes fortunas las hizo huir, pero, en lo que concierne a las empresas, les invito a examinar el barrio de la defensa y serán convencidos de la urgencia… la desertificación está en curso…
Una imposición elevada es realmente un freno a la iniciativa. En Francia, comenzamos a ganar dinero para nuestro disfrute a partir des mes de julio. De enero a julio, trabajamos para el estado. Aproximadamente el equivalente de la mitad del salario anual se va en impuestos de una forma u otra… Incluso si es verdad que todo ese dinero sirve para financiar servicios públicos, el sentimiento de no poder disponer de ese dinero es innegable.
Otra crítica se basa en el hecho de que numerosas personas pagan impuestos y perciben ayudas sociales simultáneamente. Es esto lógico? Lo que entra por lo que sale? Pagar a gente para que recaude impuestos y a otras para que distribuyan ayudas? Este es un ciclo sin fin alimentado por una administración devoradora de presupuesto….
Los impuestos: instrumento formidable pero mal utilizado
La inconsistencia en cuanto a la imposición es un freno constante en la economía. Esta debe de ser clara y constante en el tiempo para permitir anticipaciones y proyecciones en el futuro. Los cambios intempestivos y los anuncios del gobierno no hacen más que frenar la economía…
Parece por lo tanto urgente reducir de manera drástica los impuestos, estratégica y proporcionalmente, con el fin de motivar la actividad económica y reducir nuestro déficit. Solo a través del crecimiento saldremos a flote… Seamos conscientes de que este crecimiento no nacerá de un monstruo fiscal, todopoderoso, pero absurdo e ineficaz….
Pese a todo, no debemos sobre-estimar los propósitos mencionados hasta aquí, ya que no se trata de abogar por una inversión Keynesiana, dando rienda suelta a nuestra deuda. Se necesita matizar: nuestros impuestos son un medio mediante el cual Francia podría alcanzar la redención… pero esa palanca no puede ser accionada en el sentido de un aumento, sino de una reducción.
Además, la reducción de los impuestos debe acompañarse de una reducción del perímetro de acción del Estado. El Estado ya no tiene los medios para ser omnipresente. Necesita por lo tanto entamar un repliegue estratégico de sus funciones más recientes. Más vale replegarse que perder la guerra…. Por lo tanto, reduciendo la imposición de tasas y su perímetro de acción, Francia entrará en fase de crecimiento… Sí, las consecuencias para una parte de la población serán atroces , y sí, el clima social se deteriorará, pero esto será durante un lapsus de tiempo relativamente breve y es el precio a pagar para re dinamizar el país…
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No demasiados impuestos, pero la necesidad de un mejor reparto del esfuerzo fiscal
La imposición concierne numerosas tasas. Pese a ello. Concentrarse exclusivamente en el impuesto sobre la renta, el que concierne a los ciudadanos, y a ciertas empresas permite tratar la cuestión fiscal de a través estos dos motores del crecimiento económico francés.
Un impuesto sobre la renta que paga menos de uno de cada dos hogares
Una definición clara de ese impuesto puede justificarse por su particularidad. Se constituye en dos partes: un impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) con tasas variables de 5.5% al 41% en función de la renta de los hogares y la contribución social generalizada (CSG), que es un impuesto individual y proporcional que tasa todas las rentas al 8%, y cuyos ingresos se destinan a gastos sociales (enfermedad, familia, vejez).
Debemos recordar que el impuesto sobre la renta no se paga en todos los hogares. En 2014, el porcentaje de hogares a los que les fue impuesto alcanzó a penas el 48,5%, una baja de 4,5 puntos por respecto a 2013. Menos de la mitad de los hogares pagan dicho impuesto. Es decir, que el problema de la imposición en Francia esta ligado a la distribución de la carga fiscal, que representa la suma de las rentas imponibles así como de los beneficios imponibles. Hay demasiados impuestos en Francia o más bien muy pocas rentas imponibles?
Ampliar el numero de bases imponibles des impuesto sobre la renta presenta numerosas ventajas
Esta ampliación es un proyecto recurrente. Presenta varios intereses. Además de un crecimiento lógico de los ingresos ligados al impuesto, permitiría establecer una cierta igualdad fiscal. De hecho, la carga fiscal no sería tanta carga para la “clase media” (hogares cuya renta oscila entre los 1600 y 3500 euros mensuales). Un esfuerzo fiscal por parte de los hogares más modestos y, sobre todo, de los hogares más prósperos implicaría una cierta justicia social que demandan dichas clases medias: los impuestos han de servir a todos una vez redistribuidos, y es lógico que cada uno participe al esfuerzo en función de sus medios. Pese a esto, políticamente hablando, esta ampliación sería un suicidio. Po lo tanto, la necesidad de la imposición es evidente para permitir al estado funcionar y, dentro de lo posible, reducir las desigualdades socio-económicas.
Una injusticia fiscal que necesita un nuevo impuesto sobre la renta
EL impuesto sobre la renta es supuestamente progresivo, es decir que su tasa debe incrementarse en función del valor de la renta. Pese a ello, según el economista Thomas Piketty, “en realidad, el impuesto sobre la renta actual es regresivo: a medida que se aumenta en la escala de las rentas, la tasa impuesta disminuye”. Se trata de un problema mayor.
La injusticia fiscal se demuestra gracias a los estudios de este economista y sus colaboradores. De hecho, la mayoría de las rentas altas y de la rentas sobre el capital (intereses, dividendo, plusvalías, hipotecas)se benefician de exenciones particulares y de prerrogativas que les permiten escapar del baremo establecido en el IRPF. Piketty denuncia los nidos fiscales, aquellas derogaciones que posibilitan la reducción de la tasa de impuestos por respecto al régimen general para algunos contribuyentes.
Piketty propone por lo tanto una “revolución fiscal” con el fin de acabar con esta injusticia fiscal. Preconiza un nuevo impuesto sobre la renta, pagado por todos los franceses, que sería impuesto sobre los beneficios del trabajo y el capital (como el actual CSG, con la misma base que este último). Además, una parte de los ingresos de este nuevo impuesto se destinaría a fines sociales. Este impuesto remplazaría el de la renta.
Menos impuestos para las empresas han de traducirse en más crecimiento
No olvidemos las empresas. Su descontento para con la imposición y las tasas que juzgan económicamente nefastas son un debate constante. Este sentimiento se intento paliar mediante el pacto de responsabilidad y solidaridad lanzado en Enero de este año por el ejecutivo francés, en vano. Para las empresas, este preveía una modernización mediante la reducción de la fiscalidad en aproximadamente 10 millones de euros. Este regalo debía tranquilizar a las empresas y permitir un crecimiento económico que atacase el mal del paro desde la raíz.
No, no hay demasiados impuestos en Francia!
No, de hecho no los hay! Eso sí, un nuevo sistema fiscal ha de implantarse. Un nuevo impuesto sobre la renta es necesario debido al problema de la justicia social erosionada tras el abuso del esfuerzo fiscal desproporcionado por parte de algunas clases de la sociedad. Las empresas, en respuesta a sus ayudas fiscales, deben respectar su parte del trato en el marco del pacto de responsabilidad. La imposición en Francia no es asfixiante: solo debería dividirse mejor.
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